Comencemos desde el principio con una visión general de la computación en la nube. Este es un modelo de uso de tecnología de la información (TI) que se basa en cinco características fundamentales que la hacen única y poderosa. Estas características son igualmente importantes y son las siguientes:
”1.
Los usuarios pueden acceder a recursos computacionales como procesamiento, almacenamiento y redes de forma inmediata y sin intervención humana. A través de una interfaz web, los usuarios solicitan lo que necesitan, eliminando la necesidad de contactar a un administrador o esperar configuraciones manuales. Esto agiliza procesos y permite mayor autonomía.
”2.
Los recursos están disponibles a través de internet. Esto significa que los usuarios pueden trabajar desde cualquier lugar con una conexión, sin preocuparse por la ubicación física de los servidores. La movilidad es clave para la computación moderna, y este modelo la facilita al máximo.
”3.
Los proveedores de la nube gestionan grandes cantidades de recursos (pools) que son asignados dinámicamente a los usuarios. Esto les permite comprar en grandes volúmenes, optimizando costos, y trasladar esos ahorros a los clientes. Como resultado, los usuarios no necesitan preocuparse por la infraestructura física detrás de los servicios que utilizan.
”4.
Una de las mayores ventajas de la computación en la nube es su elasticidad. Los usuarios pueden escalar recursos fácilmente según sus necesidades: más recursos en momentos de alta demanda y menos cuando no los necesitan. Este enfoque garantiza eficiencia y ahorro.
”5.
Los clientes solo pagan por lo que utilizan. Si dejan de usar ciertos recursos, simplemente dejan de pagar por ellos. Este modelo evita costos fijos altos y permite un enfoque más económico y adaptable.